Nos autodenominamos una empresa de jardinería y paisajismo innovadora porque siempre hemos mirado hacia el futuro fijándonos en las necesidades de los individuos. No lo decimos en vano, ya que desde nuestros inicios hemos apostado por productos de vanguardia y biodegradables; estas son nuestras bases y continuamos siéndoles leales.
Una apuesta fue lanzar en 2004 Leopoldo, un sistema de cultivo para huertos urbanos diseñado por Marc Gispert, Premio ADI-FAD al Mejor Diseño en 2001. Tal y como ya anunciábamos en el momento de su lanzamiento, representaba un original paso por acercar la agricultura ecológica a la vida urbana; dos conceptos que parecían contrapuestos pero que poco a poco han ido acercándose hasta que, a día de hoy, comprobamos cómo la vida en las ciudades puede ser diferente.
Beneficios de cultivar un huerto en el medio urbano
Nuestro objetivo era , y sigue siendo, hacer feliz a las personas. Puede sonar atrevido o idealista pero ya lo decíamos en su momento y seguimos manteniéndolo: El contacto con el medio natural mejora nuestro estado de salud general y nuestra autoestima.
Conscientes de las limitaciones de espacio que existen en las ciudades, Leopoldo disponía de una estructura que, por sus dimensiones y diseño, era posible ubicarlo en espacios reducidos, interior o exteriores como: balcones, patios y terrazas.
Ligero, adaptable y fácil de transportar; un diseño moderno, visionario y apto para todos los públicos, ya que permite cuidar de las plantas sin agacharnos.
Siempre creímos que con este sistema de cultivo estábamos reivindicando un mundo más limpio, más verde y una alimentación más saludable, así como una actitud implicada y comprometida con el medio ambiente.
Un balcón comestible
Leopoldo era una despensa que crecía y se desarrollaba gracias a nuestros cuidados; un objeto capaz de proveernos de hortalizas frescas y cultivadas por nosotros mismos y sobre todo, que permite disfrutar de momentos de diversión, aprendizaje y satisfacción personal.
La producción de nuestros propios alimentos tiene múltiples funciones sociales: Mejora la seguridad alimentaría de sus participantes, asegura el cultivo biológico de los productos y garantiza la obtención de alimentos totalmente naturales y no procesados.
Porque con él es posible experimentar la emoción de tocar la tierra con las manos, de ver como crecen las plantas y de disfrutar del placer de llevarse a la boca alimentos cultivados por nosotros mismos. Hacer crecer nuestras propias hortalizas y plantas es una actividad lúdica y agradable, una nueva forma, práctica, gratificante y divertida, de ocupar el tiempo libre.
Leopoldo, símbolo de una nueva cultura
Mediante el uso de Leopoldo lanzamos un debate entorno a la utilización de los espacios urbanos disponibles con el fin de fomentar actitudes responsables con el medioambiente.
Su uso representaba una buena forma de conseguir que las cubiertas y terrazas dejasen de ser exclusivamente el paraguas de los edificios y se dedicara a ganar espacios verdes. Si el 15% del espacio de las cubiertas disponibles en Barcelona ciudad se destinara a plantar o ajardinar, se ganarían 150 hectáreas de espacios verdes, lo que supone unas cinco veces la superficie del Parque de la Ciutadella.
Nuevas propuestas de cultivo ecológico
Leopoldo fue nuestro sistema pionero de cultivo y abrió una nueva línea en el catálogo de complementos de jardinería, sin embargo hemos seguido adaptándonos a los tiempos y, en consecuencia, contamos con nuevos métodos y complementos diseñados para el cultivo de verduras y hortalizas.
Por ejemplo, para espacios domésticos o profesionales que requieran un aprovechamiento máximo de la superficie, recomendamos Minigarden, el sistema modular para crear jardines y huertos urbanos modulares.
El sistema Leopoldo ya no está disponible en nuestro catálogo. No obstante, en nuestra tienda online puedes encontrar otros productos de jardinería innovadores para hacer florecer tu jardín.